Las reglas han cambiado. Lamentablemente (¡o no!) en el cíbermundo la forma en que sobrevivimos ya no se rige en términos de fuerza, ni mucho menos de capacidades técnicas superiores. El hombre antiguo, ese ser que domina a los demás con la fuerza bruta, o que a partir de ciertas herramientas se distingue de los demás, ha dejado su trono a otro ser que opera desde la lógica de la propagación: el virus (informático), que curiosamente en latín significa toxina o veneno, como si éste...