Jorge Luis Borges, en su cuento “La Biblioteca de Babel”, nos expone de manera detallada un lugar infinito que bien podría ser considerado más un ente de características temporales que espaciales. La compleja arquitectura que describe el autor da pie para que nos imaginemos un lugar interminable en todo su esplendor. En ella, no hay salidas ni entradas, ni principios ni finales, la biblioteca es una secuencia interminable de anaqueles de madera, de barandales, de escaleras, de libros...