¿Malos recuerdos? Ingiera una pastilla y los olvidará

malos recurdos

Impactado, asombrado, pasmado, son sólo algunas de las palabras que describen el sentimiento generado por un artículo de Lehrer (2012) que habla sobre una píldora que tiene la capacidad de borrar los recuerdos que generan un dolor psicológico insoportable. En principio, el objetivo de la pastilla   -denominada PKMAzeta- implica que la gente no se olvide de un evento, sino del dolor psíquico que produjo un acontecimiento impactante. Las personas que deseen no recordar eventos traumáticos sólo tendrán que ingerir una pastilla, y al final, el pasado no se volverá a recordar de la misma manera. Tal cual como la idea que surge en la película Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, en donde los protagonistas deciden borrar la parte de la memoria relacionada con su pareja para superar su pasado.

 

No obstante, antes de celebrar este descubrimiento, o de pensar si es factible o no, creo que tenemos que irnos con calma. Ser cautelosos. Antes de pensar en todos los recuerdos que queremos borrar, es importante reflexionar sobre las implicaciones y/o efectos en la sociedad del tratamiento psicológico a través de un medicamento (la utilización del medicamento con fines de lucro, la amnesia social que puede producir en las personas, etcétera).


Como todos sabemos, la industria de la medicina produce millones de dólares al año, a tal grado, que el interés de la mayoría de las farmacéuticas está destinado tanto a la producción y distribución de medicamentos como a la implementación de estrategias para que las personas consuman los productos de una u otra manera. Según Gergen (2005), el entramado socio-económico de Estados Unidos de América produce que los psicólogos terapéuticos recomienden a sus pacientes ingerir sustancias sin un fundamento basado en la profesión o teoría psicológica. En realidad, se ha formado una relación en la que los psicólogos se vinculan con las aseguradoras de vida para obtener clientes frecuentes, sin embargo, a su vez, éstas están asociadas con compañías farmacéuticas que ejercen una cierta presión para que se vendan sus productos en los consultorios (tranquilizantes, antidepresivos, medicamentos para el déficit de atención, entre otros). En otras palabras, el psicólogo es presionado y obligado para que incluya en su diagnóstico medicamentos; si no lo hace se rompe el vínculo, y por ende, el terapeuta pierde sus clientes que obtiene por este medio. Al fin y al cabo, los individuos son medicados en función a un interés monetario, y no en torno a su salud.


A la luz de todo lo anterior, entiendo que si esta píldora se introduce en la dinámica socio-económica actual, el objetivo del medicamento se encaminará más a la producción masiva para su venta y consumo que al beneficio de las personas que sufren dolores traumáticos por su pasado. Radicalización de su función y su uso: la PKMzeta se consumirá cada que los individuos se encuentren con recuerdos molestos. En fin, habrá una especie de amnesia social que generará que las personas pierdan sus habilidades para enfrentar el conflicto y superarlo. Los aprendizajes que se han creado a partir de los momentos difíciles de la vida de un sujeto se difuminarán como la pastilla se diluye en el estómago.

 


Luis Jaime González Gil.
Email:luisjaime@antropomedia.com

 

 

Referencias                                                         

Gergen, K. (2005). Construir la Realidad: El futuro de la psicoterapia. Paidós: Barcelona.

Lehrer, J. (2012). The Forgetting Pill Erases Painful Memories Forever. Wired. March http://www.wired.com/magazine/2012/02/ff_forgettingpill/.